viernes, 22 de mayo de 2009

UN MUNDO RARO

por Juan Manuel Vázquez Ponce

COSTUMBRES

¿Cuál es el principio científico en el que está basada la bolsa de agua que cuelgan las personas en las entradas de sus casas, con el fin de evitar la entrada de las moscas?. ¿Funciona? ¿Alguien lo sabe? Yo tampoco. Pero tampoco sé a quien pertenece la voz de la grabación que usan todos los vendedores de tamales oaxaqueños que deambulan por la capital de este país. ¿Por qué habla así? Como fue que comenzaron a pasársela de mano en mano los tamaleros? ¿Por que no escogieron la voz de un locutor sobrio? Ya ni preguntar por el nombre y ejecutante de las piezas de piano usadas por los vendedores de helados de triciclo. ¿Por qué hasta hace no mucho se vendían cigarros en las farmacias? ¿Por qué la gente que contesta llamadas en su celular tiene la necesidad de caminar de ida y vuelta y volteando para el piso y para el techo mientras habla? ¿Por qué cuando la computadora muestra un anunció de “el sistema se volvió inestable” lo queremos estabilizar a base de apretar en repetidas ocasiones el “enter” o agitar el mouse? ¿Por qué la gente suele creer que la felicidad consiste en conseguir cosas, sean materiales, emocionales o afectivas, y cuando las consigue se siente infeliz por el temor a perderlas? ¿Por qué solemos creer que la vida de los otros es mejor y los otros piensan lo mismo de uno?

Alguna vez estaba yo degustando un rico pozole en un puesto de feria, cuando un señor se sentó a mi lado junto son su pequeño hijo. Una escena por demás bella. Pidió su pozole el señor y otro para su hijo. Naturalmente el niño no era un experto degustador de pozoles, a esa edad no es uno experto en nada. Entonces el padre le ayudó a preparárselo como debe de servirse un pozole, con excepción del chile piquín, claro está. Pero le puso lechuga, rábanos, limón, y dotación generosa de tostadas con crema. El niño estaba a punto de comenzar a probarlo, cuando el padre gritó desesperado “¡Esperatee! ¡Falta el orégano!. Tomó entonces el señor suficiente orégano con los dedos y lo espolvoreó sobre el pozole.

-¿Por qué se le pone orégano papá?

-Pues….por que es la costumbre –Contestó el hombre instantes después de dudar la respuesta mientras terminaba de espolvorear el orégano-

Y así vamos por la vida los seres humanos, haciendo las cosas por costumbre. Por que así nos enseñaron nuestros papás, o incluso no por que nos enseñaron así, si no por que así hacían las cosas ellos y uno simplemente creyó que eso era lo indicado. O la única forma de hacer las cosas.

Si usted amable lector piensa que está aun muy confuso el tema de esta columna, espere a leer lo demás y se convencerá de que tiene usted toda la razón, ni yo mismo se sobre que versa, tengo premura por entregar y algunas ideas sueltas y estoy buscando la forma de que encajen, espero encontrarla para cuando termine de escribir esto, si no lo consigo le pido disculpe el tiradero y haga de cuenta que aquí no pasó nada. No me niegue su amistad en lo sucesivo o el beneficio de la duda y léame en ocasiones posteriores, quizás entonces logre hilvanar algo coherente. O solo léame para que no me deprima yo. No hay que ser.

Pasa que hasta hace unos minutos estaba buscando un tema, y no se que me hace pensar que voy a encontrar los temas colgados del techo, pero así funciona, ya se me hizo costumbre, unas veces los encuentro allí, me recuesto y empiezo a contar las marcas de la madera en la loza, los canales de las laminas, las vigas y entonces aparece ahí una idea. Otras veces aparece en medio de engranes y cadenas o brazos mecánicos de la maquina que opero. Otras veces en el vagón del metro pegada en la cara de sargento mal pagado de algún pasajero que como de costumbre se vino a trabajar sin desayunar, pues vive en Atizapán y trabaja allá por Chalco de guardia de seguridad con turnos de veinticuatro horas por veinticuatro de descanso. Además para acabarla de amolar ayer por la tarde se le ocurrió destapar una caguama para ver el partido de fútbol, en eso llegó su compadre quien parece tener un olfato especial para la cerveza, pues basta destapar una para que como de costumbre llegue el con una actitud de “iba pasando por aquí”. Terminaron por perderle atención al fútbol, pusieron su CD de “viejitas pero bonitas” y alegaron de temas varios hasta altas horas de la madrugada. La mujer lo llamó en varias ocasiones de manera discreta y con pretextos como “te hablan por teléfono” Cuando el abnegado esposo iba se daba cuenta que no había llamada alguna y la mujer lo exhortaba a terminar la tertulia con el compadre “Ya estás tomando otra vez! Yo no sé, mañana tienes que ir a trabajar, si no luego te castigan y ya vez que debemos lo del abono de la lavadora y ya están chingando los de la Elektra con que nos la van a quitar, el teléfono también se debe y ya están llame y llame, y luego no acompleto ni el pinche gasto, no le compré los tenis al niño pa la clase de deportes y dijo el maestro que les iba a quitar puntos si no llevaban completo el uniforme, además acuérdate que el compadre ya que está borracho y ve que te duermes como siempre termina pasándote luego se quiere pasar de listo conmigo”

“Oooohhh, chingá, ¿ya vas a empezar?, ¿ya vez por que tomo? Tu no me entiendes, nomás te la pasas reclamándome, tu nunca me has querido, te hubieras casado con ese pendejo que te hacia la ronda cuando andábamos de novios, pinche puto, nomás por una calentadita que le di con mis cuates y ya no se volvió a aparecer, te hubieras casado con ese wey, si a poco crees que no me daba cuenta como le pelabas el diente? Andarías en camionetota, ves que es carnicero, no te faltaría carne del diario, ¿pa que chingás te casastes conmigo? Y a poco crees que no me doy cuenta que con lo que te doy no alcanzaría pa tragar bisteces del diario, ¿Cómo le haces? Mira Lourdes yo eso no te lo pienso perdonar, que no me entere yo por que entonces si vas a conocerme. Tu ya no llores chaparro, no estamos peleando tu mamá y yo, si nomás nos estamos tomando una cerveza, tu padrino y yo, la cerveza es bebida de moderación. Y es lo que tomamos los bebedores sociales para convivir. Hic!

-Si pero ya llevan seis bebidas de moderación cada uno y en tamaño caguama.

-No seas grosera con el compadre chingá, prepárate una botanita.

_De todo eso tenia la cara el tipo que vi en el metro el otro día.

Pero mejor de eso no escribo hoy, mejor les cuento de los dichos equivocados que solemos usar, de esas cosas que repetimos “por costumbre” sin reparar en lo inexacto de lo que estamos diciendo. Por poner un ejemplo el típico “mi vida ha dado un giro de 360 grados” que dice alguien queriendo expresar que la vida le ha cambiado totalmente, lo que no repara esta persona es que 360 son los grados que tiene una circunferencia, es decir una vuelta completa, seguramente el quiso decir 180 grados, entonces si, su vida habría cambiado totalmente, pero con 360 nos indica que ha hecho muchas cosas por cambiar; todo para terminar en el mismo lugar.

¿Quién no ha escuchado alguien usar “somos como una familia” para ejemplificar que tiene una relación ejemplar, sólida, plena de confianza, con cualquier grupo al que pertenece. Sin embargo si se analiza bien y se es sincero, uno se dará cuenta de que la familia mas normal que existe es la familia disfuncional, en la que solo se está verdaderamente unido en casos de desgracia o fiesta, en la que los hijos pelean todo el tiempo y creen que los papás quieren mas al otro, en la que la mamá está histérica y el papá es un niñote que se siente incomprendido y encuentra alivio con los amigos, en las cantinas o con otra dama a la que cuando corteja le dice “si estoy casado pero…andamos mal”

Luego entonces se me ocurre el siguiente dialogo.

-Oye y ¿como te llevas con tus compañeros de trabajo?

-Ah, somos como una familia

-Órale, ¿así de bien se llevan?

-No, no nos hablamos.

Otro dicho inexacto es aquel de “durmió como bebé” que utiliza uno para ejemplificar un sueño pleno, tranquilo, a pierna suelta. Pero alguna vez escuché el siguiente dialogo en la radio.

-Oiga entrenador ¿y como asimilaron la derrota allí en el Club América? ¿Como cayó la eliminación a manos del Guadalajara?

-Pues verá usted, dormimos como unos bebés.

-Ah, ¿así de bien?

-No, nos despertábamos cada tres horas y nos poníamos a llorar.

Y para culminar por esta ocasión. ¿Quien no ha escuchado el típico “come como pajarito” para ejemplificar a una persona que come muy poco? Pero si uno es observador, verá que un pájaro no tiene muchas cosas que hacer dentro de una jaula. Así que se la pasa brincando de un palo a otro, bebiendo agua, chiflando a ratos, picando un quiote, haciendo popó y sobre todo…comiendo. Los polivoces lo decían mejor en una canción llamada “La Ramona” que narraba la historia de una mujer muy obesa, y en cierto dialogo a la mitad de la canción uno de ellos decía “ay pero si la Ramona come como pajarito, pues nomás todo el santo día”

Ya lo decia yo, por fin encontré el tema central: La costumbre. Repetimos lo que percibimos por que somos unos animales de costumbres, algunos solo son unos animales. Algunas costumbres son dañinas, otras solo son costumbres, no cabe duda que es verdad que la costumbre, es mas fuerte que el amor. Hoy estuvo muy pirado mi texto, todo por la pinche costumbre de dejar todo pa la mera hora. Mejor ya me voy. Nos vemos en la siguiente ocasión, como ya se nos hizo costumbre.

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