miércoles, 22 de octubre de 2008

UN MUNDO RARO.

por Juan Manuel Vázquez Ponce.

ALGÚN DIA LLEGARÁ EL AYER

Un extracto de novela futurista:

…Siglos después, la humanidad se había organizado de manera distinta. La riqueza era acumulada por unos cuantos, muy lejos quedaron los viejos métodos de recolección, caza y pesca y ahora el hombre comerciaba con su fuerza de trabajo, habilidades o conocimientos a cambio de documentos con la efigie de un prócer muerto que no valían nada por si mismo, pero que garantizaban que en algún lugar, había valores que respaldaban la cantidad inscrita en el pagaré. Incluso dichos pagarés comenzaron a entrar en desuso a partir de la aparición de un pequeño artefacto de polímero deslizable con información magnética mediante el cual las personas pagaban, consultaban y hacían todas las operaciones relativas al manejo de “lalúz” peculiar forma –una de varias- que tenían los habitantes de dicha ciudad para nombrar a lo que anteriormente se conoció como “dinero”.
La gente se concentraba en las ciudades en las cuales todo mundo vivía de prisa, la gran mayoría solo subsistía, otros trabajaban mucho persiguiendo un estilo de vida que les era impuesto por otros seres humanos, los menos. Precisamente quienes más habían acumulado riqueza y que para ese entonces dirigían el destino del planeta en deterioro. La gente pasaba la mayor parte de su tiempo transportándose en vehículos de autopropulsión, y la gente aun mas pobre se dirigía a sus destinos hacinada en modernos trenes silenciosos que circulaban por el inframundo y al no utilizar combustibles fósiles no emitían gases contaminantes; pero cuya principal desventaja era la insuficiencia del servicio a determinadas horas del día (casi todas) consecuencia de la explosión demográfica. Dentro de dichos trenes y demás medios de transporte colectivo y aun privado, la gente solía viajar absorta en su propio mundo, con mirada perdida, otros más habían acostumbrado a su cuerpo a dormir sentados o de pie en pequeños lapsos ya que el ritmo de vida les hacia dormir cada vez menos durante la noche. Durante el trayecto algunos movían su cabeza y sus dedos al compás de la música que solo ellos escuchaban, otros tantos platicaban en voz alta pero no con alguien que tuvieran cerca, si no con otra persona tan lejos como fuera posible a través de aparatos de intercomunicación personal que hacían funcionar con comandos de voz. La comunicación había tomado un rumbo distinto, la gente no platicaba ni convivía con sus cercanos, en cambio tenía amistades en ciudades lejanas, las videoconferencias pasaron de la ficción a lo cotidiano.
Las cosas de uso común dejaron de elaborarse de manera artesanal como hace mucho, a partir de la revolución industrial ocurrida siglos atrás comenzó la producción en serie y posteriormente la automatización. En uno de esos lugares a donde asistía la gente a vender su fuerza de trabajo, un sujeto se apresta a realizar sus actividades por las cuales es remunerado. Viste del mismo color que todos los demás Es asignado a operar un moderno artefacto de acero que es a su vez un conjunto de modulos a traves de los cuales los artículos elaborados se deslizan en de bandas de transportación para sus diversos procesos. Esta actividad se extiende por horas, tal monotonía provoca que el tipo entre en estados de letargo similares a los provocados por la constante repetición de mantras hindúes o rosarios católicos. Durante tal estado, el tipo desconecta su cerebro de ese lugar y lo lleva a otros, sus iguales lo observan cabeceando o riendo solo a veces y consideran que ha perdido la razón. Cierta mañana el tipo escucha en una voz en su cabeza. Siglos después de la muerte de Juana de Arco aún hay émulos por doquier y este parece ser uno de ellos. En esta ocasión dicha voz le hace una pregunta al tipo y a todos los que como el tienen la capacidad de escuchar dicha voz a lo largo de todo el territorio.
El sujeto se emociona por que supone tener una respuesta acertada, se lleva la mano al cinturón y a través de un pequeño artificio ligeramente mas grande que la mitad de su mano, contesta la pregunta que sonó en su cabeza instantes antes. Desliza su pulgar a través del aparato y sin emitir voz alguna, le basta oprimir unos cuantos botones para que su pensamiento viaje por los aires.
Un par de minutos después, el país entero se ha enterado del punto de vista de esta persona. Al tipo le emociona darse cuenta de ello, aparte es felicitado por la voz que le hizo la pregunta. Sonrie gustoso, lo cual parece estar prohibido ya que es reprendido por su superior inmediato.
-Otra vez riéndote solo, ¿de que chingados te ríes?
-De nada.
El tipo vuelve a sus actividades sin dejar de oír las voces en su cabeza, y sigue contento por lo que acaba de suceder. Aun en ese lejano futuro algunos individuos se maravillan por cosas que para los demás son cotidianas...
Ahora una anécdota de la semana pasada que bien pude haber puesto en mi diario, si llevara uno.
De regreso a la chamba después de ir a comer a mi casa pasé al cajero automático a consultar mi saldo a ver si ya me habían depositado lo de mi semana, mangos que, todavía no. Bien formal que nos dijo el patrón que ya para hoy ya nos iba a depositar. A mi me gustaba mas cuando nos pagaba en efectivo, dirán que “que naco” pero a mi me gustaba así, chivo pagado chivo brincado. El billullo tangible, la marmaja, la pachocha, la luz. Pinches tarjetas me caen gordas.
Que rico estuvo la comida hoy, mi jefa se lució con unas tortitas de pollo en chile morita y unas albondigas que no tenían abuela. Es una de las ventajas que tengo, que como trabajo bien cerca me da tiempo de ir a comer a mi casa, no que la mayoría de los que conozco trabajan re lejos de donde viven, se la pasan a la carrera, soportando apretujones en el metro, el pinche calorón que se siente allá abajo, los olores. Y luego cuando tengo que usarlo por que voy al centro a comprar algo, me doy cuenta que toda la gente va con una carota como si le cobraran impuestos por sonreír, por ser amables. Todos se pelean por entrar, por los asientos, y en lugar de platicar entre si se la pasan hablando con quien sabe quien en sus celulares. El otro día iba yo junto a un wey y que me saca de onda que comienza “Hola ¿como estás? ¿que milagro? En voz alta y yo buscaba a ver a quien se estaba dirigiendo ya que hablaba hacia la nada y me terminé dando cuenta que estaba hablando a través de su manos libres. Otros tantos van moviéndose al ritmo de su Ipod, digo, los que tienen.
El otro día leí un mail de esos chistosos que decía que uno de los signos de que estás en el siglo veintiuno es que no conoces a tus vecinos pero tienes amigos en Río de Janeiro, ja! Que exagerados. Bueno pensándolo bien ni tanto, luego me la paso chateando con amigos y amigas de todos lados, lo de la webcam me late pero no tanto, a todas les da pena, no se pa que la ponen entonces. “Es que no estoy presentable” suelen decir. Pues si están en su casa lo lógico es que estén fodongas ni modo que todo el tiempo anden emperifolladas y con peinado de salón.
Mi trabajo pues no es divertido pa que mas que la verdad, le he agarrado cariño y ya me hallé, pero opero una maquina que hace cuadernos y no manches cuando voy desveladón o aun sin irlo, cuando la maquina trabaja así sin atorarse y a un ritmo sin variar, hasta te arrulla y luego si me ha ganado el sueño que hasta me ando quedando dormido como burro lechero, así parado. Bueno no me duermo profundamente pero si cabeceo, por eso y por que como decía es aburridón, pues mejor me llevo mi radio y con unos audífonos acá discretos me pongo a oír mi música y mis programas favoritos. Luego hasta me ando riendo solo por las cosas que ahí escucho. Está prohibido usar radio ¿no? Pero pues vivimos en el país donde casi todo se puede nomás con discreción, nosotros no le andamos ahí armando alborotos al jefe y el nos deja oír nuestro radio. Oh bueno, no nos deja pero tampoco nos dice nada.
Y no manches, hoy en la mañana estaba oyendo el noticiero de Guillermo Ochoa, -me gusta mucho ese programa- Y diariamente hace una pregunta para que participe el publico vía teléfono, mail o mensajes de celular y la de hoy fue “¿A usted amigo radioescucha, como le ha pegado la crisis? ¿En el animo o en el bolsillo?”.
Yo que le pienso unos instantes y pa pronto que saco mi celular y que le escribo un mensaje con la siguiente respuesta:
“Yo no se que se siente la crisis, siempre he vivido en una. Es como preguntarle a un pez como está el agua”.
Y cámara, cuando regresan de comerciales que dice Guillermo Ochoa, Seguimos en Panorama Informativo, Saludo a todos nuestros radioescuchas de a todo el país a través de la cadena radio ACIR, respecto a nuestra pregunta tenemos una gran respuesta, nos la manda Juan Manuel de Ecatepec. ¡Órale, soy yo! –pensé- Y que la lee tal cual la escribí y al terminar rió y también los que estaban en cabina y me dijo “gracias Juan Manuel, gran respuesta”.
Y pues se siente chido, traía yo una sonrisota y harto gusto que no me había dado cuenta que el encargado me había estado viendo, cuando me di cuenta que me hago como que la virgen me hablaba y entonces el preguntó:

-Otra vez riéndote solo, ¿De que chingados te ríes?
-De nada.
Pero me quedé pensando, “Charros, como es la tecnología, para este wey de mi encargado solo soy un wey que se está riendo solo como loco, un obrero con audífonos y no se da cuenta de que con un mensaje de texto de mi celular, acabo de hablarle a la nación entera a través de Memo Ochoa que hizo las veces de mi vocero y hasta les provoqué una sonrisa. Digo, no a toda la nación, pero por lo menos a los que oyeron”.
Ambas situaciones son verídicas y como se puede notar sucedieron en el mismo espacio y tiempo y el protagonista es el mismo.
Hace muchos años, en películas, novelas, y hasta las caricaturas se imaginaban la primera década del siglo XXI con coches volando, gente en trajes espaciales, y robots que hacían las labores domesticas, alimento en pastillas hecho a base de humanos y otra serie de premoniciones.
Aun y cuando los robots humanoides son un hecho, aun no es común ver a un hombre de lata barrer la sala ni sacar a pasear a los perros, coches voladores ya hay prototipos pero seamos honestos con trabajos si se endeuda la gente para pagar a largo plazo un carro en forma de huevito, vestimenta espacial pues solo los astronautas y determinados trabajos peligrosos y de comerse a la gente…si me he comido a alguna pero no en pastillas.
Aun así el futuro ya es y si alguna pitonisa hace veinte años me hubiera dicho que en el 2008 iba a vivir tal situación como la recién contada yo le hubiera contestado:
“Ay no manches, ¿Guillermo Ochoa el que conduce Hoy Mismo le va a contar al país entero algo que se me acaba de ocurrir hace un par de minutos mientras estoy trabajando? Mejor dime que van a volar los carros y si te la creo, que los robots van a hacer el quehacer, que el soylent verde será una realidad…oye, ¿todavía vive mi perro júpiter en el 2008 verdad? ¡Di que si, di que si! ¿Yo a que me dedico? ¿Si piloteo aviones? ¿Soy futbolista y juego en el América? hablando de futbol...¿México ganó ya el mundial para entonces verdad? ¡A fuerzas! No, no me lo contestes yo se que si..."


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